LA PRENSA
Su nombre se convirtió en leyenda y su fama recobró la fuerza de aquellos años de gloria, pero a través de un camino que no tiene retorno, la muerte de Michael Jackson sorprendió al mundo el 25 de junio de 2009. Ya no habría un regreso a los escenarios, programado el 13 de julio en Londres (con localidades vendidas). Desde entonces se desencadenaría uno de los más impresionantes fenómenos mediáticos que evidenciaría el poder y la influencia que este astro de la música pop ejerce entre sus seguidores (a 20 días de muerto vendió 1.000,000 de discos). Su desaparición física movilizó multitudes desde Los Ángeles, California -epicentro de la noticia trágica-, hasta Pekín.
El “Rey del Pop”, con 50 años de edad y con sólo 51 kilos, sufriría una crisis cardiaca en su mansión de Beverly Hills; inútiles fueron los esfuerzos por reanimarlo antes de ser llevado al Hospital “Ronald Reagan” de la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles). Este centro hospitalario estaría rodeado en pocas horas por cientos de consternados seguidores de la estrella. Hubo tributo mundial y en Túnez una jovencita se suicidó por desesperación tras el deceso de su ídolo.
Y paralelo a este acontecimiento, se informaba el mismo día acerca de la muerte de Farrah Fawcett, quien perdiera larga y valiente batalla contra un raro tipo de cáncer. La actriz norteamericana, de 62 años “símbolo sexual de los años setenta”, era conocida por su papel protagónico en la serie de televisión “Los Ángeles de Charlie”.
Investigaciones
En medio de las especulaciones sobre la muerte de Michael Jackson se han dicho muchas cosas y fue considerada por las autoridades policiacas como un “caso criminal”; las investigaciones situaron al principal sospechoso en la persona del cardiólogo Conrad Murray, que atendía a Jackson en su mansión de Los Ángeles. Los datos indican que el “Rey del Pop” murió debido a una sobredosis de propofol. La policía informó que cuenta con numerosas pruebas que señalan al doctor Murray como la persona que suministraba dicho fármaco a Jackson. El forense del condado de Los Ángeles dictaminó la muerte del cantante como un homicidio. Jackson recibió una combinación fatal de fármacos antes de morir en su mansión alquilada, se informaba después.
Conrad Murray habría suministrado a Jackson propofol, valium, lorazepam y midazolam en un lapso de 9 horas, “porque Michael no conseguía dormir”. Pero el martes 4 de agosto de 2009 se informó que el doctor Conrad Murray había revelado que Michael Jackson murió por una inyección del analgésico demerol, la cual le fue aplicada por un asistente. La declaración del cardiólogo hecha a la policía añade que él se encontraba dormido cuando el rey del pop recibió la dosis fatal. Cuando Murray despertó, Michael ya estaba muerto, pero intentó frenéticamente revivirlo. El médico aceptó que aplicó a Michael una inyección de propofol horas antes.
Sin embargo, el artista despertó una vez que pasó el efecto y pidió al asistente que le inyectara demerol para contrarrestar algunos dolores. El inconsciente empleado inyectó la sustancia a Michael y esto le provocó un infarto masivo. Se sabe que Michael se hizo adicto al demerol después que sufrió algunas quemaduras durante la grabación de un comercial para el refresco Pepsi. Este analgésico le ayudaba a soportar los dolores que sufría en el cráneo.
Los paramédicos fueron las primeras personas en presentarse en el domicilio del cantante y declararon que el médico Murray estaba estorbando. Dijeron que él fue quien insistió en llevar a Jackson al hospital para evitar así una investigación, mientras los enfermeros querían declararlo muerto ya en su domicilio. El cantante no mostraba ninguna señal de vida, dijeron.
Se dijo, según las investigaciones del caso, que el cantante falleció dos horas antes que fueran llamados los servicios de emergencia. En cambio, Murray afirmó que Jackson dejó de respirar media hora antes de pedir ayuda y que estaba con el artista cuando éste murió. Añadió que encontró a Michael en la cama con un pulso cardiaco muy débil, de inmediato intentó reanimarlo con la técnica de resucitación cardiopulmonar; “el señor Jackson aún tenía el cuerpo cálido y pulso cardiaco”, informó. Aquí cabe señalar, según datos obtenidos en las investigaciones, que la realización de las maniobras de reanimación cardiopulmonar fue una de las críticas, pues todo médico instruido sabe que debe hacerse sobre una superficie dura para que surta efecto, no sobre una cama, como hizo el doctor Murray. Lo cierto es que, según las autoridades policiacas, “un descuido de Murray mató a Michael Jackson, al dejarlo solo para atender llamadas telefónicas después de haberlo inyectado”...
Conrad Robert Murray se había puesto en mayo de 2009 a las órdenes del cantante y lo acompañó desde entonces noche y día. Murray, de 51 años, es un cardiólogo reputado que tiene licencia en varios estados de Estados Unidos. Murray cerró su consultorio en Las Vegas después que Jackson lo nombrara su médico personal y el doctor se mudara con él. Quería estar en buenas condiciones físicas para la serie de conciertos en Londres, por lo que se da por sentado que el artista confiaba en el médico. El facultativo en una ocasión calificó su nueva tarea como una oportunidad única en la vida (ganaba 150,000 dólares por cuidar a Jackson). Un par de meses más tarde se encontraría frente a la policía, a la que debía dar detallada cuenta de las últimas horas del artista.
La supuesta dependencia que sufría Michael Jackson de los barbitúricos emergió como una de las causas de su muerte. Los investigadores hallaron la potente droga (propofol) en la casa donde colapsó el cantante. Supuestamente no hay manera concebible que este químico pueda ser debidamente recetado para uso doméstico, ya que se trata de un anestésico general, dijeron autoridades médicas. Por lo delicado del asunto, la DEA se unió a las pesquisas.
El propofol sólo puede ser administrado en un hospital por personal altamente capacitado. Siempre debe haber un equipo para monitorear el ritmo cardiaco, así como el nivel de oxígeno en la sangre. El mismo equipo debe tener una alarma en caso que disminuya el ritmo cardiaco o haya cambios en la oxigenación. Los detectives que llegaron a la casa de Michael cuando falleció, no encontraron este dispositivo.
Lo que sí se encontró, además de la “farmacia” que el cantante tenía en su casa, fue la blusa ensangrentada de una mujer, la cual habría sido utilizada para limpiar, en varios momentos de su resucitación, la sangre de Michael Jackson. Un informe de las autoridades aseguraba que era improbable que los médicos que atendieron al cantante enfrenten cargos criminales, como se especulaba. Salió entonces a la luz el dermatólogo Arnold Klein, médico que negó haber facilitado sedantes fuertes a su paciente y amigo famoso. Vesna Maraa, exfiscal de distrito del condado de Los Ángeles, declaró que sería muy difícil establecer la causa de la muerte del cantante. “Supongamos que se encuentren restos de propofol en su sangre, de ahí todavía queda un largo camino por recorrer para poder establecer culpabilidad”, declaró. Otras opiniones, como la de un oficial, funcionario de alto rango, señaló que los detectives dedicados a la investigación de la muerte repentina del cantante carecen de pruebas que sugieran tal “asesinato”, aunque su investigación está lejos de terminar. Añadió tal fuente que la muerte por paro cardiaco del cantante es muy difícil que termine con cargos de asesinato contra los médicos que le recetaron alguna vez calmantes duros. Si se determina que la muerte de Jackson se debió a una falla cardiaca o que fue causada por décadas de abuso de drogas, “probablemente no exista ningún caso criminal”, dijo el oficial informante. Pero la familia del artista pensaba todo lo contrario y el padre del famoso cantante, Joe Jackson, declaró que la muerte de su hijo fue un acto criminal. También su hermana La Toya Jackson dijo a un tabloide británico que el deceso de Jacko había sido un asesinato. Estudios realizados post mortem al cantante, revelarían que además del poco peso con que contaba (51 kilos), sólo se habían encontrado pastillas disueltas en su estómago y presentaba varias costillas rotas, debido a los intentos por resucitarlo. El periódico británico “The Sun” también reveló que de acuerdo con detalles de estudios forenses que le habían sido filtrados, el cantante no había comido nada y sólo había ingerido fármacos, además de que se había quedado completamente calvo. El cadáver del llamado rey del pop era casi un esqueleto y estaba muy deteriorado. También se informó que la nariz del cantante se había perdido durante la autopsia. Y es que en realidad Jackson no tenía nariz sino que usaba un implante “que normalmente llevaba ensamblado a la cara”. El cerebro de Jacko, que estaba siendo analizado para esclarecer los motivos de su trágica muerte, fue devuelto a la familia... La policía realizó una reconstrucción detallada de cada segundo y minuto de las últimas doce horas de Jackson. El hijo mayor del cantante, Prince Michael I, de 12 años de edad, vio cómo su padre moría en su mansión de Beverly Hills la noche del 25 de junio. Según el doctor Steven Hoeffin, amigo de la familia Jackson desde hace muchos años, fue quien realizó las revelaciones y añadió que el doctor Conrad Murray fue quien obligó al menor a ver la escena del deceso de su famoso papá para cubrirse las espaldas, además de utilizar de manera incorrecta el sedante propofol. El doctor señaló que las posibles evidencias de ese fármaco que había en la mansión de Jackson se “esfumaron” esa misma noche, pero que la policía, en el segundo registro que practicó, encontró varias ampolletas con la etiqueta arrancada y escondidas en una mesilla de la mansión.
La investigación de la muerte se centraba así en el uso de fármacos, a los que Jackson era adicto. La policía encontró medicinas expedidas a nombres de terceros en su mansión y una nutrióloga llamada Cherilyn Lee dijo que el artista le suplicaba con insistencia que le suministrase diprivan, anestésico utilizado en operaciones quirúrgicas, con la excusa de necesitar algo para dormir. “Esa medicación no es segura para su utilización doméstica, una inyección con una dosis de ese fármaco puede dejar inconsciente a un paciente en cuestión de cuarenta segundos”, dijo la enfermera, quien también ha sido investigada por la policía. Durante las pesquisas, policías encontraron cuentas secretas de correo electrónico del cantante. El rey del pop tenía servicios vía internet en diversas páginas y los detectives creen que las empleaba para obtener fármacos. Los sabuesos se dieron a la tarea de rastrear los mensajes para saber si así pudo Jacko contactar a médicos para obtener servicios ilegales de fármacos o por medio de cárteles de drogas. Michael Jackson, quien planeaba viajar a la Luna y bailar su famoso paso “moonwalker” a bordo de una nave, redactó un testamento en 2002, en el que divide su herencia entre su madre, sus tres hijos y algunas organizaciones benéficas, y excluye a su padre Joseph, hombre de apariencia fría, exboxeador y con quien el cantante tuvo una relación complicada, de la cual reveló abusos y traumas infantiles en varias entrevistas. Los tres hijos de Jackson heredarán 33 millones de dólares cada uno, fortuna que sólo podrán controlar por completo cuando cumplan 40 años. Los padres del artista habían presentado una petición en los juzgados para hacerse cargo de los asuntos legales del cantante, no sólo de gestionar su patrimonio, sino también de la tutela de sus tres hijos. La fortuna de Jacko asciende a más de mil millones de dólares. Michael Jackson designó a su amiga y cantante Diana Ross como la responsable de sus tres hijos -Prince Michael I, Paris Michael Katherine y Prince Michael II (conocido como “Blanket”) de 13, 12 y 8 años, respectivamente-, en caso de que su madre Katherine Jackson fallezca o quede incapacitada de cuidar a los menores, indicó en el documento. El testamento también confirma que no dejó ningún tipo de herencia a su exesposa Deborah Jean Rowe, madre biológica de los dos hijos mayores del artista. Las administradoras de la herencia de Michael fueron John Branca y John McClain, quienes a su vez anunciaron que recuperaron poco más de 5.000,000 de dólares en efectivo de un asesor del artista, el doctor Thome, quien estuvo próximo al cantante en sus últimos meses. Éste reveló en su momento que ese dinero provenía de remanentes de regalías del cantante y que los “escondió” con la ayuda de él para comprar una casa en Las Vegas. La custodia de los hijos del cantante, quienes han atravesado severo trauma, era “negociada” por cuatro millones de dólares. La madre de Jackson ofreció a la exesposa del famoso artista esa cantidad por la custodia de Prince y Paris. La enfermera, pese a los acuerdos, dijo que pelearía a sus ahora millonarios vástagos... Pero un juez de Los Ángeles otorgó a la madre del cantante la custodia permanente de los huérfanos del “Rey del Pop”.
Además, el juez Mitchell Beckloff de la Corte Superior de la ciudad angelina aprobó un régimen de visitas para la madre biológica de los dos niños mayores, Debie Rowe, quien conoció a Jackson cuando era asistente del dermatólogo Arnold Klein, quien a su vez expresó su interés por el bienestar de los menores.Por cierto, este hombre aseguró haber donado su esperma para la inseminación artificial a la que se sometió Rowe, y exigía por lo tanto la custodia de los dos pequeños, pues aseguraba que él es el verdadero padre de los niños mayores del artista. La madre de Prince Michael II no ha sido identificada. Pero mientras la batalla legal por el cuidado de los niños tomaba fuerza, así como los asuntos de herencias por la fortuna del rey del pop, la familia del cantante, que antes dividida tras su muerte volvió a unirse, no se ponía de acuerdo respecto a la despedida pública del músico. Había un velo de misterio para sus admiradores acerca de la última morada de los restos mortales de Jacko. Su madre temía que su ataúd fuera profanado y sus restos saqueados. El ostentoso féretro tenía detalles en oro. Hubo varios actos para homenajear y despedir a Michael Jackson; sus costosos servicios funerarios, que duraron varias semanas en las que se llevó su cadáver de un lado a otro, por fin culminaron en septiembre de 2009 al recibir su cuerpo el descanso de la sepultura eterna. La muerte de Jacko, como también era conocido el “Rey del Pop”, puso fin a una vida turbulenta, rodeada de soledad y misterio, trágica algunas veces. Era quizá el artista más electrizante de su generación: famoso por sus bailes frenéticos en que se agarraba la ingle y cantaba con voz alta salpicada de chillidos y temblores. Su guante solitario y apretada chaqueta de militar con charreteras eran lo que más lo distinguían, además de su semblanza varias veces alterada por la cirugía. Con el paso de los años su tez se volvía más pálida y su nariz más espigada. Considerado un genio de la música, Michael Jackson se volvió cada vez más extraño con el paso de los años. Sus rasgos faciales parecían plásticos. Se rodeaba de niños y actuaba como uno de ellos. Vivía en una palaciega mansión llamada Neverland, con valor de más de 20.000,000 de dólares, se cubría el rostro con una mascarilla de cirujano y andaba con un chimpancé de nombre “Bubbles” (Burbujas), que quedó a la deriva, junto con cuatro jirafas y muchos animales exóticos que el rey del pop tenía en su mansión. Nacido en Gary, Indiana, el 29 de agosto de 1958, Michael Joseph Jackson fue acusado en 2002 de abusar sexualmente de un niño de 13 años de edad sobreviviente de cáncer, pero se le exoneró en 2005. Se llegó a decir que Jackson sedujo al joven con licor y que lo manoseó y, aunque fue exonerado, su imagen pública nunca se recuperó.
Las acusaciones por pedofilia mermaron gravemente su salud y su afán por los prodigiosos gastos lo fueron dejando casi sin dinero. Jackson dejó atrás una montaña de deudas, que ascendían al momento de su muerte a unos 500 millones de dólares. Sin embargo, sus principales activos, incluidos los derechos de autor de sus propias canciones y una participación en el catálogo de temas de The Beatles, estaban valorados en más de 1,000 millones de dólares, de acuerdo con una fuente de la industria musical. No obstante, el artista parecía ajeno a su economía. Grace Rwaramba, quien trabajó 17 años para Jackson como secretaría y ejerció de niñera de sus tres hijos, hizo una triste descripción del cantante en sus últimos meses, en los que al parecer llevó una vida nómada, de hotel en hotel, sin ser consciente exactamente de su situación financiera e ingiriendo compuestos químicos. En una ocasión, Jackson la envió a Florencia (Italia) con 1.000,000 de dólares para comprar antigüedades, pero como no tenían domicilio fijo, tuvieron que guardarlas en un almacén. Sobre sus 50 conciertos previstos para el verano de 2009 en Londres, Grace señaló que el cantante no era consciente de los compromisos que adquiría. “¡Cincuenta actuaciones!, ¿pero, qué estás haciendo?”, le dije, y él me contestó: “Sólo he firmado por diez”. No sabía lo que estaba firmando, nunca lo supo, relató la asistente. Llama la atención una declaración que Michael hiciera días antes de su deceso en el sentido de que estaría mejor muerto, ya que las cosas no estaban funcionando para su regreso a los escenarios. “Estoy mejor muerto. No tengo nada que hacer de regreso. Estoy agotado”... La declaración fue citada por un colaborador del cantante, quien añadió que Jackson se encontraba muy agobiado por sus conciertos en Londres. La misma fuente señaló que personas cercanas al artista le ofrecían píldoras, que él tomaba como si fueran dulces. Nacieron mitos, fantasías, excentricidades y un sinfín de chismes tras la muerte del icono de la música pop. Esposas falsas, amantes gays secretos, clonaciones, fantasmas, pleitos legales, estrafalarias subastas y hasta paternidades absurdas crecían a su alrededor.
En cuanto al médico Murray, éste fue acusado de homicidio no premeditado, en febrero pasado, por haberle administrado al astro del pop una dosis fatal del anestésico propofol. Murray se declaró inocente y aunque conserva su licencia médica en California, se le ha ordenado no usar anestésicos en sus pacientes. Murray se mantiene en libertad tras pagar una fianza de 75,000 dólares. En mayo pasado el cardiólogo volvió a ser noticia cuando estabilizó a una mujer que cayó inconsciente, con el pulso débil, en un vuelo procedente de Houston. Pero las grandes incógnitas en torno a las causas del fallecimiento del cantante y la suerte de sus tres hijos han concentrado durante meses la impresionante cobertura sobre este artista que vendió 750 millones de discos y revolucionó la industria musical.
Fuentes informativas: Diarios “Daily Mail”, “The New York Post”, “Los Angeles Times”, “The Sun”, “Wall Street Journal”, “El País” y agencias (OEM/AP, AFP, Reuters y EFE).
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